LA HISTORIA DA OTRA OPORTUNIDAD A HOLANDA
Sin brillo pero con efectividad logró el cuadro de Van Marwijk el pase a la tercera final de su historia. Sólo uno de ellos volverá a experimentar las sensaciones vividas años atrás: Holanda. Aunque hay que decir que ninguno de los dos realizó un partido a la altura de una semifinal mundialista.
Uruguay se resintió de la baja de Suárez y, aunque Cavani realizó un partido soberbio, no sirvió para que Forlán acabase desesperado. Las escasas internadas de Pereira por el costado izquierdo, apenas inquietaron a la zaga oranje. Holanda supo hacer su juego. Sneijder comandó la nave europea a la perfección y cuando consiguió combinar con su amigo Robben, Uruguay comenzó a temblar.
La mordiente con la que salieron los chicos de Tabárez duró el tiempo que tardó Sneijder en entrar en el partido. Gio abrió la veda con un buen disparo lejano que entró por la escuadra de un impotente Muslera. Uruguay no cambió su forma de jugar, la única que sabe. Su alarmante falta de juego en el centro del campo es uno de los problemas que lastran a la celeste, aunque dijo es de mención el buen partido de un incombustible Arévalo Ríos.
Uruguay parecía querer más antes del descanso y tuvo premio a su insistencia con un implacable zurdazo desde el balcón del área de Forlán en el que Stekelenburg pone su granito de arena. Holanda despertó del respiro que se había tomado.
El combinado holandés fue el único que quiso algo en la segunda mitad. Sneijder salió a finiquitar el duelo y además, consiguió encontrar a un Robben que descubrió la fórmula para librarse de un pegajoso Cáceres. Van der Vaart, que sustituyó en el descanso a De Zeeuw, aumentó el juego ofensivo tulipán hasta que se esfumó.
Dos latigazos acabaron con el último representante sudamericano que coleaba por Sudáfrica. Tras dos oportunidades desechadas por ambos bandos, Sneijder anota el segundo con un tiro que se envenena al tocar en un Van Persie que se encontraba ligeramente adelantado.
Sin tiempo para levantarse, Uruguay tuvo que volver a sacar de centro tras una jugada lateral de Kuyt cuyo centro remata implacablemente Arjen Robben.
Tabárez utilizó el recurso desesperado de Abreu aunque no tuvo el efecto deseado. El extremo del Bayern puedo sentenciar el partido si hubiese aprovechado dos claras ocasiones que empleó para adornarse. Más de uno se acordaría de ellas cuando de forma inesperada el mono Pereira recortó distancias a dos minutos del final.
Van Marwijk acabó con un nudo en la garganta y pidiendo la hora. Objetivo cumplido. Holanda tendrá su segunda revancha. Ellos prefieren a Alemania para vengar los dos mundiales que les birlaron. Cómo juegue al igual que en el segundo tiempo, difícil que le arrebaten el tercero.
La frase:
Bert van Marwijk: “Podemos estar orgullosos por un país tan pequeño”
KEVIN FERNANDEZ
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