Victoria plácida del Real Madrid en su debut continental · Özil fue el faro que guió las operaciones madridistas · El Ajax ofreció una imagen muy pobre.
No hay mejor forma para empezar una competición en la que tu objetivo es recuperar el prestigio perdido que ganando. Así fue el comienzo del “Mou Team” en esta nueva edición de la liga de campeones. El equipo sigue sin parecerse al Barcelona, ni muchos menos, pero da bandazos de lo que quiere transmitir.
Casillas no tuvo ningún tipo de problema a lo largo del partido, durante el cuál el Madrid dominó todas las facetas del juego, exceptuando los minutos posteriores al gol de Higuaín, en los cuáles se vio una relajación general que el equipo tulipán a punto estuvo de aprovechar para meter el miedo en el cuerpo de los madridistas. Pero la situación estaba controlada.
Khedira y Xabi Alonso se hicieron pronto con el control de la medular y fueron los escuderos perfectos de una pareja, Carvalho y Pepe, que apunta a convertirse una de las más sólidas del Madrid en los últimos tiempos. Con esa línea cerrada, el Ajax quedó a merced blanca. Por delante, Di María jugó en detrimento de Benzema, acompañando a Özil, Cristiano e Higuaín en la zona de ataque del conjunto blanco. El argentino, junto con los dos jugadores últimamente nombrados fueron la causa que impidió que el Ajax saliese con un carretillo de goles de Chamartín.
Entre los tres dispusieron de ocasiones de todas las clases y colores para dejar el partido más que sentenciado antes de la media parte. Pero el individualismo les cegó y es algo que Mou debe corregir, ya que equipos como el BarÇa no suelen caracterizarse por conceder más oportunidades.
FASCINACION Y FRUSTRACION
El portugués había sido el foco de todas las miradas en la previa del partido, tras sus declaraciones del lunes lanzando un mensaje a la afición madridista de la necesidad de animar al equipo en lugar de silbarle. Salió y desde el primer momento quiso hacer su gol, pero no era el día. Los minutos pasaban y las ocasiones se perdían , por lo que la impotencia del portugués iba en aumento. Si consigue volver a ser quién fue, más le vale acordarse de la afición madridista, que lejos de recriminarle su individualismo en noches como esta, optó por aplaudir cada acción del luso para intentar levantarle la moral, algo que Özil no necesitó.
El alemán se mostró como pez en el agua. Se movió audaz, corrió como un león en busca de su presa, tiró todos los desmarques del mundo y puso en bandeja el segundo gol que sólo Stekelenburg pudo previamente impedir que fuese suyo. Es el buque insignia de este “Mou Team” y ya tiene a la afición merengue en el bolsillo. Segundo partido y segunda ovación. Canales ya tiene espejo en el que mirarse.
No fue ni brillante, ni una demostración de fútbol como la que ayer se vio en la ciudad condal. Pero este equipo ya tiene el concepto y sólo le falta ponerlo en práctica. El paso del tiempo, junto con el desarrollo de la competición, harán que las ideas de Mourinho se empiecen a plasmar sobre el césped. Pero eso sí, “piano piano“.
KEVIN FERNANDEZ
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