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miércoles, 1 de septiembre de 2010

F.C.Barcelona 4-0 Sevilla F.C. (Crónica y contracrónica)


LECCION MAGISTRAL DEL BARCELONA

La apisonadora blaugrana hizo añicos a un Sevilla que tenía la cabeza puesta en otro sitio • El ataque hispalense fue una nulidad con Negredo impotente y un Alfaro al que el partido y el escenario le vinieron grandes • Ibrahimovic vio desde el banquillo el debut de un eléctrico Villa.

Reapareció el Fútbol Club Barcelona de la mano de sus campeones del mundo, que regresaron para alzar su segundo título en apenas mes y medio. La aparición de estos jugadores fue clave y así, presentó sus credenciales a siete días del inicio de la liga. La máquina sigue engrasada y esa es la mejor noticia. A Pep le bastó con cinco campeones del mundo para jugar con un Sevilla que en ningún momento mostró intenciones de querer el partido. La poesía azulgrana sigue levitando.

Antonio Álvarez, con el trascendental partido ante el Sporting de Braga a la vuelta de la esquina, hizo lo lógico, reservar. Kanouté y Luis Fabiano fueron suplentes, concediéndole una oportunidad de oro a Negredo para hacerse un hueco en el once que el ariete desaprovechó. Junto a él, Alfaro vio desde la mediapunta como en apenas tres meses ha pasado de jugarse el descenso a disputarle una supercopa al Barcelona. Navas y Capel, los puñales hispalenses, ni llegaron a aparecer.

Como era de esperar, el Sevilla cedió el dominio al conjunto azulgrana que sin demasiadas prisas fue convirtiendo el área de Palop en un frontón. Pasaban los minutos y la flacidez sevillista en defensa hacía predecir que el primer gol culé llegaría de inmediato. Y así fue, fruto de una buena internada de Pedrito, cuyo centro golpeó fortuitamente en la pierna de Konko que mandó el esférico al fondo de las mallas.

Ese tanto puso las cosas en su sitio. El Sevilla se diluyó aún más y el Barcelona vio como su equipo empezaba a divertirse. Avisó Bojan, aviso Messi, pero el argentino sólo avisa una vez. Xavi tomó las riendas del choque y de sus botas nació el primero de la noche del argentino. Incomprensiblemente, ninguno de los centrales sevillistas atajó el pase en profundidad del de Tarrasa por el centro de la zaga y Leo no perdonó ante Palop.

La fiesta se desató en un Camp Nou que se lo pasó en grande. Todos querían intervenir y el Sevilla vió como el aluvión culé le daba la vuelta en 25 minutos a la eliminatoria y trastocaba sus planes. Viendo que el trabajo estaba hecho, los hombres de Guardiola le cedieron el balón al Sevilla y se replegaron-tarea que hacen de fábula- a la espera de otra jugada clara que llegaría de nuevo de manos del “messías”. Esta vez, decidió asociarse con Alves y el carioca le puso un centro muy bien resuelto por Messi. Palop sólo puedo ver cómo el balón le pasaba por encima de la cabeza.

La segunda parte arrancó adormecida. El Sevilla parecía desconocer que necesitaba un gol y el Barcelona jugaba muy relajado. Viendo difícil que el título se esfumase, Guardiola dio entrada a Iniesta e hizo debutar a Villa, los cuales fueron ovacionados. Villa, partiendo desde el costado zurdo, se asoció a la perfección con todos y tuvo en jaque al Sevilla.

El triple cambió de Álvarez, con entrada de Luis Fabiano incluida, apenas alteró lo visto hasta el momento. El Sevilla parecía querer más, pero nunca llegó a inquietar mínimamente a Valdés. Con el conjunto nervionense rendido, Messi firmó su primer hattrick del año tras una exquisita triangulación entre Villa e Iniesta, que finalmente cedió para que el argentino empujase al fondo de la portería.

La temporada queda inaugurada y el Barcelona ha sido el primero en alzar la voz. Con una plantilla corta pero efectiva, el conjunto de Guardiola vuelve a estar a la cabeza de todas las quinielas. El Sevilla, juega el martes otra final y la cabeza, lógicamente, estaba allí.


LA MAQUINA SIGUE ENGRASADA


Recital futbolístico del Barcelona, y no es el primero • La incorporación de Villa junto a estos fenómenos asusta • Mensajito de Pep a Ibra al no hacerle participar • Hattrick de La Pulga”

Recital futbolístico del equipo de Guardiola que no se cansa de levantar trofeos. Ayer solventó la difícil papeleta de darle la vuelta a una eliminatoria que se le había complicado tras el experimento de Pep en la ida. Y lo hizo con creces, recordándonos ese despampanante fútbol que enamoró al mundo dos años atrás con la conquista de la triple corona.

Pero digamos las cosas a las claras. El Sevilla llegó al Camp Nou con lo puesto. El martes tienen que remontar el 1-0 de la ida al Sporting de Braga si quieren acceder a la liga de campeones, y ahí el club se juega mucho. Álvarez lo sabía y decidió reservar a sus principales estrellas. Luis Fabiano sólo disputó la última media hora y estuvo tan apagado como el resto del plantel, y Kanouté ni siquiera se vistió de corto.

Con ese panorama, Negredo tenía la misión de comandar el ataque hispalense escudado por Capel y Navas en las alas pero los tres pasaron muy desapercibidos y su equipo acabó siendo un juguete en manos del Barcelona. Messi volvió a ser desequilibrante pero refleja su dependencia absoluta en jugadores como Xavi para ser importante. El pasado mundial es el mejor ejemplo.

Pero este título no ha cambiado la actitud de Pep. Sigue mostrándose tosco cuando le preguntan por el futuro de Ibrahimovic, el cual ayer ni siquiera participó en el encuentro, dejándole su sitio a un Bojan al que la experiencia cotidiana le está curtiendo mucho. Ibra vio ayer desde el banquillo como sus dos contrincantes por entrar en el once jugaban y arrancaban los aplausos del público. Pero lo que más dolió al sueco, fue ver el glorioso debut de David Villa.

El asturiano tuvo algo más de media hora para empezar a enamorar al Camp Nou. Entró en detrimento de Pedro y, dejando a Messi como “9”, el Guaje partió desde el flanco izquierdo para asociarse con quien se prestase. Iniesta se convirtió en su mejor aliado, y juntos hicieron estragos en la zaga nervionense. Una buena combinación entre ellos acabó con el tanto de Messi que cerraba la goleada.

El fútbol sigue idéntico. Con Laporta o con Rosell, el equipo blaugrana sigue deslumbrando al mundo.

KEVIN FERNANDEZ

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